El blanqueo de capitales consiste, según la Interpol, en «ocultar o encubrir el origen de beneficios obtenidos ilícitamente, de forma que parezcan provenir de fuentes legítimas». Una cuestión que preocupa a los abogados. Especialmente, a los pequeños despachos. Y es que el control de este capital provoca, en muchas ocasiones, la pérdida de confianza entre cliente y abogado.
«La Ley de prevención del blanqueo de capitales y de la financiación del terrorismo es buena», explica a Confilegal la abogada Macarena Ruiz Ballesteros, responsable mercantil del bufete Ruiz Ballesteros Abogados y Economistas. Ello, debido a que es un sistema que «trata de evitar que se introduzca en el mercado dinero obtenido de forma ilícita».
Un trabajo que, sin embargo, en ocasiones recae sobre los despachos de abogados. Especialmente, cuando deben intervenir en operaciones de compraventa de inmuebles, empresas u otros activos.
«En general, en cualquier operación financiera o inmobiliaria», explica la letrada. Operaciones en las que los abogados están «obligados a realizar funciones, digamos como policiales, de control e investigación» de los fondos intervinientes en estas operaciones.